lunes, 13 de junio de 2011

¿Era México un Estado más democrático liberal en el periodo priista que en el periodo actual?

Por Sagui Uscanga
Relaciones Internacionales
Universidad de las Américas, Puebla


Introducción
Desde la implementación del sistema democrático en el mundo, una gran cantidad de  gobiernos que fueron electos democráticamente por la población de su respectivo país, han ignorado los límites que el poder democrático les confiere y se han ocupado de negarle a sus ciudadanos derechos constitucionales básicos que por lo tanto violan los estatutos liberales.  
            Este fenómeno que se puede observar en muchos países democráticos actualmente, se le conoce como democracia no liberal, que es recurrente en países asiáticos, africanos y latinoamericanos. Esas regiones cuyos países generalmente recientemente dejaron una dictadura, han llegado a experimentar regímenes mucho menos liberales que los pasados a pesar de haber resultado electos dentro de un proceso democrático.
            México ha llegado a ser parte de esta lista de países con regímenes democráticos no liberales, pero ¿hasta qué nivel?, ¿cuándo podría considerarse la etapa más crítica?, ¿nos espera lo mejor o vamos en caída libre?       
            Bajo este proyecto se analizarán dos periodos importantes en nuestro país, el régimen bajo el Partido Revolucionario Institucional y el nuevo contendiente, el Partido Acción Nacional, así como se compararán sus mandatos bajo la perspectiva de un estado democrático liberal.

Marco Teórico
Para comprender lo que implica la pregunta “¿Era México un Estado más Democrático Liberal en el periodo priista que en el periodo actual?” Se necesita definir brevemente cada concepto utilizado en ella. El Estado moderno que se considera como la unión de población, territorio y soberanía, como concepto, podría ser simplificado en esencia con la definición de Weber en su libro El Político y el Científico que dice:
“La asociación de dominación con carácter institucional que ha tratado, con éxito, de monopolizar dentro de un territorio la violencia física legítima como medio de dominación y que, a este fin, ha reunido todos los medios materiales en manos de su dirigente y ha expropiado a todos los funcionarios estamentales que antes disponían de ellos por derecho propio, sustituyéndolos con sus propias jerarquías supremas.”
(Weber, 92)
          Asimismo la democracia se podría definir como la participación igualitaria de los individuos adultos en las decisiones políticas de una comunidad, es decir, igualdad política. (Petrucciani, 198)
          En lo que respecta al liberalismo, es un concepto aun más ambiguo que el de democracia, sin embargo para este proyecto se apegará a la visión generalizada del liberalismo que plantea Stefano Petrucciani ya que entre todas las posturas, “la idea de que se debe dar mayor importancia a los derechos de los cuales los individuos deben gozar y menor relieve a su participación en los procesos de decisión colectiva de autogobierno.” (Petrucciani,183)
          A pesar de la contradicción anterior, el concepto que se manejará es el de la democracia liberal, que es la relación entre democracia y liberalismo, es decir, igualdad y libertad. Un estado donde la dotación de derechos tales como el de la propiedad privada, igualdad ante la ley, libertad de expresión y de asociación son respetados por la ley. Así como se plantea el término “democracia no liberal” en base al autor Fareed Zakaria, donde en su publicación The Rise of Illiberal Democracy menciona que el proceso de elecciones libres y transparentes no llevan inmediatamente a ser un Estado que procure los derechos institucionales. Como lo establece el politólogo Philippe Schmitter “El Liberalismo, ya sea como una concepción de la libertad política, o como una doctrina sobre la política económica, puede haber coincidido con el auge de la democracia. Sin embargo nunca ha sido inmutable o inequívocamente vinculada a su práctica.” (Schmitter tomado de Zakaria, 23)
          Bajo estos conceptos, se realizará una comparación de los dos periodos en base a los siguientes autores.
          De esta manera se analizará la obra de José Medina Peña como representante del pasado en México, hacia el nuevo estado la historia del gobierno priista desde su creación en 1929 como PRM, su pase al PNR y su transición al PRI, sus políticas públicas, sus modelos económicos e implícitamente el tipo de democracia no liberal en el que se vivió por 70 años. Además se utilizarán referencias con relación a acontecimientos negativos para el gobierno Priista.
          Complementando los argumentos de Medina Peña, se mencionará a Héctor Aguilar Camín con su libro México, la ceniza y la semilla como parte del pasado ya que Aguilar Camín veía un futuro optimista al presenciar la alternancia de PRI a PAN, con esperanza de que al llegar Vicente Fox al poder, se pudieran enmendar los 70 años de priismo.
          No obstante, con el representante del presente, Anabel Hernández con su trabajo Los Señores del Narco, que refuta la visión positiva al narrar los sucesos acontecidos especialmente en el sexenio de Calderón y argumentar implícitamente que estamos probablemente peor con el Ejército en las calles. Analizando el mismo aspecto, se hará uso de la entrevista que realizó Proceso con los autores del libro El Narco: La Guerra fallida de Rubén Aguilar V. y Jorge G. Castañeda en orden de enriquecer las razones del por qué una violación tan grave a la ciudadanía.
Contexto empírico
La transición PRI-PAN, analizando cuestiones de democracia dado la alternancia política, se busca comparar las expectativas de una democracia liberal con lo que está pasando hoy en día con el gobierno panista de Calderón. En base a la pregunta ¿Era México un Estado más Democrático Liberal en el periodo priista que en el periodo actual?” Se plantean los siguientes antecedentes y situaciones para analizar.
          Los antecedentes del PRI antes de la alternancia política son extensos, sin embargo, se debe hacer breve mención de dos sucesos relevantes como ejemplos en orden de analizar posteriormente los componentes que la hacían principalmente una democracia no liberal al atentar contra ciertos derechos:
·           El movimiento del ’68. El distanciamiento de la Universidad Autónoma de México comenzó desde su fundación al ser la última creación del Porfiriato, sin embargo, con la inclusión de una nueva generación de profesores y el nacimiento de la nueva izquierda comenzaron roces con razón social dados los bajos salarios a profesores y los recortes presupuestales. No obstante hay antecedentes que se le atribuyen a la política con la pugna sucesoria como lo explica Medina Peña “No son pocos los que piensan que los que sucedió en el campus universitario desde 1966 no fue más que el reflejo de la pugna sucesoria entre el médico Emilio Martínez Manatou y el abogado Luis Echeverría.” (Medina Peña, 218) así como la búsqueda de una imagen limpia del país para las olimpiadas programadas. Las revueltas comenzaron el 2 de julio y terminó el 2 de octubre con la matanza de Tlatelolco.
·           Las elecciones del ’88.  Cuauhtémoc Cárdenas había ganado una creciente popularidad en las encuestas pre-elecciones, mientras que su contendiente Carlos Salinas de Gortari había ido descendido, la tensión en el partido crecía. Todo cambió sin embargo el día de las elecciones, como lo describe Medina Peña “La tormenta estalló con el sorpresivo y sorprendente anuncio, inmediatamente después de concluir la jornada electoral el día de las votaciones, de que se “había caído el sistema de cómputo” por lo cual se suspendía la información de resultados.” Donde inmediatamente surge la duda acerca del evidente fraude electoral.
          Posteriormente el 2 de julio del año 2000, el poder se le cedió al Partido de Acción Nacional con su representante Vicente Fox Quesada cuando venció al candidato del PRI, Francisco Labastida, después de más de 70 años de mandato priista. Se dice que esta fecha marcó una era, “el antes y el después de la transición democrática” (Aguilar Camín, 21)
          Al terminar el sexenio de Fox, tomó el poder otro candidato del PAN, Felipe Calderón, del cual se analizarán los movimientos políticos de su sexenio. Calderón, quien le declaró la guerra al narcotráfico al tomar el poder, desató implicaciones para la soberanía y quitó las posibilidades de que el país fuera una democracia liberal ya que al tener al ejército en las calles, los ciudadanos se ven con derechos limitados ya sea por las violaciones que este ha cometido o por la inseguridad que una guerra implica. El estado fallido de Calderón cuenta ya con 35,000 muertes en 5 años (CNN México) y 3,430 denuncias que se tienen del ejército a la Comisión Nacional de Derechos Humanos por parte de los ciudadanos mexicanos (de Ávila).
          El narcotráfico en México tiene una larga historia, no obstante ahora es cuando se ha desatado. Así como lo menciona Anabel Hernández en su libro, la escena del narco está ampliamente manipulada y relacionada con integrantes del gobierno, policías y empresarios.  Es una verdad bien conocida que los señores del narco no son aquellos que siempre se mencionan en las noticias, si no el gobierno de Calderón que está conscientemente relacionado con él. Así como casos no vinculados con el narcotráfico, sino también relacionados con la libertad de prensa, tales como los asesinatos a periodistas en los últimos años.
Análisis
¿Es México un Estado Democrático Liberal? ¿Era México un estado MÁS democrático liberal en el periodo priista que en el periodo actual? Esas cuestiones deben de ser analizadas a través de las distintas situaciones previamente mencionadas. La comparación con el pasado y el presente es relevante, ¿son los sucesos actuales más represivos que los pasados? ¿Dónde se tenía más libertad económica?
          Sin duda México ha tenido una larga historia de represión en cuanto a los derechos y garantías institucionales dada la trayectoria priista, eventos como el movimiento del ’68 denotaron la fuerza del estado, así como sus malas y radicales decisiones. Esto le quitó cierto poder al gobierno priista dado a la controversia que creó este asunto en relación a los derechos humanos. Estos sucesos, de raíz política, fueron una gran herida para la libertad de expresión de los mexicanos, dejando una cicatriz que debe de ser tomada en cuenta al dar una respuesta a la pregunta antes planteada.
          Medina Peña sostiene que el movimiento en sí dejó secuelas que dieron cabida a la creación de movimientos más organizados y no basados en la fuerza de la acción, tales como el Partido Mexicano de los Trabajadores (PRT), y el Partido Socialista de los Trabajadores (PST) lo cual pudo haber sido positivo en este aspecto. (Medina Peña, 225)
          De una manera similar también se perdió la confianza con las elecciones del ’88, en la época donde los presidentes sucesores se nombraban con el dedo, la pérdida de las elecciones no era opción para Salinas de Gortari quien se encargó de realizar el ya tan mencionado fraude electoral. Esto llegó a violar los derechos constitucionales de cada uno de los ciudadanos y sin embargo, este tipo de prácticas se habían hecho a los largo de 40 años sin ningún escrúpulo, los sobornos en orden de comprar votos, la quema de urnas, fueron sucesos que se realizaron una y otra vez, llevando a cabo, un estado hegemónico que si bien no puede concebirse como estado democrático tampoco puede concebirse como un estado liberal, ya que como lo menciona Zakaria en su texto “El liberalismo constitucional ha llevado a la democracia, pero la democracia no ha llevado necesariamente al liberalismo constitucional” (Zakaria, 28)
          La existencia de violaciones a los derechos institucionales por parte del gobierno en turno por 71 años fueron demasiadas, estos sólo son dos ejemplos en función de agilizar este proyecto, sin embargo no se pueden olvidar sucesos tales como la matanza de Acteal en 1997, la enajenación durante el terremoto de 1985 en la ciudad de México, entre otros. Muchas cosas se pueden sacar para desprestigiar al gobierno priista mas sin embargo los dos previamente mencionados tienen una razón social más relacionada con un estado democrático liberal.
          Así como Aguilar Camín sonaba un tanto optimista con su visión de la alternancia democrática, cabe recalcar que a pesar de sus expectativas, no pudo predecir la explosión de los cuerpos delictivos y el narcotráfico, así como la guerra declarada por Calderón y la constante corrupción que ha aquejado al país desde sus cimientos sin embargo ahora con el factor “narco” colado entre ella.
            En su obra Los Señores del Narco, Anabel Hernández expone con nombres, hechos y documentos los fuertes vínculos entre el gobierno mexicano y el narcotráfico, del cual también se ha desatado una guerra sin sentido, de la cual está claramente en contra y lo denota en su presentación del libro al establecer “La actual guerra contra el narcotráfico emprendida por la administración del presidente Felipe Calderón es tan falsa como la del gobierno de Vicente Fox.” (Hernández, 16).  Ella se preocupó de demostrar una versión diferente de lo que el gobierno declara como versión única, desmiente y demuestra.
Hernández sostiene que este es de los gobiernos más corruptos y con más vínculos con grupos de campo ilícito que ha habido, y nos hace pensar que es, inclusive, más descontrolado que cualquier gobierno priista que haya pasado por la historia del estado mexicano. Bajo el mandato de Calderón se implica que existe un Estado Fallido, que está roto el estado de derecho, que los derechos y las garantías institucionales son constantemente violadas no sólo por los narcotraficantes, sino en muchas ocasiones también por el ejército. De esta manera están puestas las condiciones para que el narcotráfico siga proliferando.
          Con estas bases acerca de las vinculaciones con el gobierno y el narcotráfico, podemos pasar al punto expuesto por Rubén Aguilar V. y Jorge G. Castañeda  en la entrevista de su libro El narco: La Guerra Fallida realizada por Rodrigo Vera donde sustentan que la guerra contra el narcotráfico declarada pro Calderón, fue una búsqueda por su legitimidad después de su dudosa victoria contra Andrés Manuel López Obrador.
 Castañeda: Después de salir muy cuestionado de las elecciones de 2006, Calderón emprendió su guerra para legitimarse. Alguien le vendió esa idea, que suponemos salió de su círculo de asesores en la materia, conformado entonces por Eduardo Medina Mora, Genaro García Luna y el general (Guillermo) Galván".
Vera: ¿Y por qué justamente contra el narcotráfico?
Castañeda: Le dijeron que sería una buena forma de legitimarse sin tener que golpear a los poderes fácticos lícitos, y que también sería una guerra fácil, rápida y de bajo costo. Partieron de la falsa idea de que los narcos son unos idiotas. Y no es así. Si fueran idiotas no serían ni ricos ni poderosos. Resultó, pues, una guerra dificilísima a la que no se le ve salida.”
(Entrevista tomada de Vera)
Este tipo de pretensiones, que como mencionan los autores en el texto, a lo largo de la historia de la presidencia, muchos han efectuado acciones con el fin de legitimar su victoria, entre ellos mencionan “Miguel de la Madrid arrestó a Jorge Díaz Serrano para afianzar su poder; Salinas de Gortari al líder petrolero Joaquín Hernández Galicia; Zedillo a Raúl Salinas, y Vicente Fox quiso consolidarse al intentar negociar con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.” (Entrevista tomada de Vera) sin embargo también establecen que existe una diferencia entre Calderón y sus antecesores, que son los costos sociales que han tenido las decisiones que ha tomado en relación a la guerra contra el narco, ya que mencionan que sus intentos de legitimar su presidencia son demasiado costosos para el país.
          Los autores mencionan que esta es definitivamente una guerra optativa, no tuvo presión, ni siquiera de parte de los Estados Unidos así como la absurda justificación de la violencia social por parte del narcotráfico ya que como ellos exponen, la población no se veía expuesta a crímenes de esa índole, sino más bien era violencia provocada por delincuencia, ya que ellos dicen que la violencia del narcotráfico fue  catapultada gracias a la guerra de Calderón.
          No son sólo los abusos a la sociedad civil los que nos alarman, sino también a la libertad de expresión, los delitos de violación a los derechos humanos de reporteros han limitado este campo, siendo México uno de los países con más altas tasas de mortalidad de periodistas en el mundo con 14 homicidios en tan sólo el 2010 (El Universal).
          A esto podemos añadir el caso de Aristegui, que en MVS Radio mencionó que el gobierno debería hacer una aclaración acerca del rumor que corría por los medios acerca del alcoholismo de Felipe Calderón, declaración que le costó su empleo en la cadena ya que Aristegui asegura que este fue un capricho del presidente. En vista de estos dos casos, podemos observar cómo los derechos más básicos están siendo negados, todo por una guerra innecesaria.
Conclusión
Al analizar algunos de los aspectos que hacen de un estado democrático liberal, he llegado a ciertas conclusiones.
          En primer lugar, el PRI no pretendió ser un estado democrático liberal de tiempo completo y su poder hegemónico no daba cabida a otros tipos de gobierno. Que estancó al país en un casi absolutismo y que negó derechos básicos a muchos sectores de la población, sin embargo, esos eran problemas distintos. Esto sin duda dejó secuelas que pensaban podrían curarse con la alternancia de poder, no obstante, lo problemas surgieron posteriormente.
          Analizando el Estado de Calderón, independientemente del Partido Acción Nacional, se puede deducir que vivimos claramente en un Estado Fallido, que por lo tanto no puede funcionar si quiera como estado democrático liberal, en términos de que los ciudadanos carecen de derechos institucionales básicos dada la aparición del narcotráfico y a la mala administración del presidente actual así como de su gobierno.
          A todo esto volvemos a la pregunta que nos trajo hasta aquí, “¿Era México un Estado más Democrático Liberal en el periodo priista que en el periodo actual?” Tenemos que tomar en cuenta el factor tiempo y los problemas que aquejan a cada sociedad en cada periodo presidencial.
          Basándome en las situaciones previamente planteadas, así como en el concepto de democracia liberal establecido, a pesar de tener condiciones deplorables en ambos periodos y estén probablemente en la misma línea ya que a pesar de que el estado priista no era democrático y el panista “según” si lo es, me atrevería a concluir que en un estado priista podrían haberse dado mejores condiciones para los ciudadanos que las que se viven actualmente con el gobierno de Calderón y el ejército en las calles a pesar de los mil abusos de parte del PRI. La inseguridad, el miedo y la represión son factores que se viven día con día en el 2010 que no nos permiten en muchos estados, salir a las calles. Marchas han comenzando en orden de demostrar que los mexicanos estamos hartos del trato que se le está dando a un problema de salud que sigue intentando ser neutralizado por todas las maneras posibles, menos las correctas. Nos ha costado lo suficientemente caro a los ciudadanos, si bien el narcotráfico siempre ha estado ahí y ha crecido, contemporáneamente nunca se había vivido una situación de tanta inseguridad en el país.
          Lo que Calderón hizo fue pisar un hormiguero con la ingenuidad y prepotencia de un niño, ahora las hormigas están furiosas simplemente buscando donde picar. Lo preocupante de este estado fallido, es que tiende a ser un problema de largo plazo y apenas está empezando, por eso me atrevo a decir que vivimos en un estado menos liberal de lo que pudo haber representado el PRI, porque todo está vinculado con un estado fallido que nadie sabe controlar.